miércoles, 9 de septiembre de 2009

PASEO A KITALE

Repentinamente me veo en un bus rodeado por entrenados de China y Taiwán, pues casi todos los entrenados que vienen a Nairobi lo hacen por poco tiempo porque la mayoría de prácticas son de desarrollo de la comunidad y como éstas no son pagas, pues las personas que vienen a estos voluntariados se quedan por poco tiempo para poder realizarlas o se lo toman como unas vacaciones de la universidad, y ésta era época de vacaciones en el lejano oriente también. El bus se dirige hacia el pueblo de Kitale para llevar a cabo el seminario de desarrollo de liderazgo de la comunidad de África del Este de Aiesec, entonces aprovecho la oportunidad para unirme a la conferencia e ir a visitar un par de cosas alrededor, incluyendo lo más importante, conocer a los papás de Jimmy, mi mejor amigo keniano, pues él es originario de allá.


Logro tener un buen acuerdo con las personas encargadas del evento para poderme unir a ellos en el bus, estar en un par de fiestas, comer con ellos y poderme devolver después al momento que finalice el evento, pues la oportunidad me cayó como anillo al dedo. Entonces luego de un retrasado inicio del viaje (cosa que no es rara aquí), salen dos buses llenos con los delegados del evento y me voy aprendiendo cosas de las diferentes culturas, tanto así que para el final del día ya era capaz de diferenciar y pronunciar las cuatro diferentes entonaciones del Chino-Mandarín!; luego de más de 8 horas de viaje y parar en un lugar poco agradable para almorzar, lo cual me hizo comprar solo mecato empacado, llegamos a Kitale al lugar de la convención; éste es un centro de investigaciones agrícola, dado la vocación de las tierras a su alrededor, compuesto por dos bloques de habitaciones para hospedaje, una cocina, un salón principal (donde se llevó a cabo el evento) y una cancha de fútbol rodeada de diferentes cultivos; de todas maneras las condiciones no eran las mejores por la calidad en que se encontraban sus baños y las habitaciones no eran las más bonitas, además del predominante olor a humedad.


Luego de instalarnos donde escogimos con los grupos que formamos a la llegada, tocaron la campana para pasar a comer. La comida constaba de un buffet keniano, con carne en salsa un poco dura de masticar, repollo sudado y arroz, nada especial para recordar; pero lo mejor de la comida fue la integración con las personas del evento al haber bastantes delegados extranjeros así como miembros de Aiesec. Procedimos luego al salón principal donde se daba inicio al evento con bailes típicos de Aiesec que no varían mucho en todo el mundo, la gritería y el bullicio por la emoción del evento y la debida presentación de las personas involucradas en la organización y desarrollo del seminario. La noche fue rematada con una fiesta de camisas blancas en la cual todos cargábamos marcadores y escribíamos mensajes de nuestras primeras impresiones de las personas que veíamos o acabábamos de conocer sobre sus camisetas, pero yo siendo más precavido pues me puse unos papeles grandes para que escribieran sobre mi encima de una camisa negra, jaja, no tenía más, y pues todavía tengo todos los mensajes para el colombiano guardados!


CONFERENCIA DE AIESEC


En la mañana siguiente, después de ir a dormir tarde por quedarme con los locales bailando, me levanté bien tarde a envidia de todos que tuvieron que madrugar, lo único que me llamaba era el desayuno. Después de pasar una mañana perezosa y sólo esperar el almuerzo, empaqué y me fui para la carretera a esperar un carro que me llevara hasta el pueblo de Kitale. Quedo de encontrarme con la mamá de Jimmy a mi salida de un café internet en medio de la tarde y finalmente me encuentro con ella; es una señora totalmente amable y querida conmigo, pues iba recomendado por el hijo y ella ya sabía cosas de mi con anticipación; pasamos a comprar unas cosas al supermercado y directo hasta las afueras del pueblo para ir a su casa. Cuando llegamos quedé impresionado por la belleza de la casa, está muy bien tenida y a pesar de vivir en el campo tienen una vida muy citadina desde allí con todas las comodidades y facilidades. También tuve la oportunidad de conocer al padre de Jimmy, fue muy amable cuando me conoció, muy emocionado estaba también, y de inmediato me abrieron las puertas de su casa para recibirme y que yo me sintiera como en casa, como el hijo de ellos. Rematamos la noche con una comida bien típica de la región de ellos: pollo asado, coles y espinacas sudadas, chapati y muchos chiles, y me fui temprano a dormir, pues tenía un resfriado que me molestaba desde la noche anterior, entonces a ocupar el cuarto del hijo de ellos.


LA SALA


LA PIEZA DE JIMMY


LA CASA!


LOS PAPAS DE JIMMY CON LA RELIQUIA FAMILIAR


Al siguiente día, después de tomar fotos de la finca y tener tremendo desayuno típico con productos frescos de la finca, me fui con el papá de Jimmy para el museo de Kitale, la actividad más reconocida por hacer en el pueblo; éste constaba de una parte donde mostraban historia natural humana con algunos restos bastante antiguos y algunos objetos típicos de las diferentes tribus del occidente keniano, además de un salón donde habían disecado varios animales de la sabana africana; también había un serpentario al aire libre con varias especies interesantes y varios tipos de tortugas; el día allí lo rematamos con una caminata en el sendero ecológico, nada que envidiarle a Manizales, jaja. Luego de esto, pues sin mucho que hacer en el pueblo, fuimos a recorrerlo caminando, cosa que terminamos en menos de media hora, pues el pueblo fue construido para soportar la demanda de productos agrícolas de las fincas a su alrededor. Almorzamos en un restaurante de un hotel donde se notaba la diferencia de la calidad de la carne con respecto a la de Nairobi por ser obtenida de allí mismo y pues el resto del día fue de descanso en la finca charlando con los papás de Jimmy, teniendo siesticas, y comiendo y viendo televisión con ellos, me sentía como en casa.


EL MUSEO DE KITALE


SALON DE HISTORIA NATURAL


VIVIENDA TRADICIONAL DE LAS TRIBUS


Madrugamos entonces para ir a conocer el parque nacional más cercano al pueblo, aproximadamente una hora de camino para llegar al más pequeño que hace parte de los parques nacionales de Kenia, es un humedal con pastizales muy altos inundados por un río que es preservado para cuidar a una especie bien rara de antílopes que sólo viven en este ambiente: los sitatungas. Afortunadamente iba con los papás de Jimmy que muy amablemente me acompañaron hasta el parque, pues viviendo allí toda su vida y no lo conocían, pero pues ese síndrome es más común de lo que uno piensa, y se hizo muy fácil el acceso hasta el lugar porque la verdad es bien difícil por transporte público. Habían senderos muy bien tenidos y señalizados que dirigían hacia la zona húmeda desde donde se podían ver los sitatungas desde plataformas de madera a lo largo de esta con algo de paciencia y estando alerta; para llegar allí se caminaba entre un bosque que rodeaba el parque y había un par de puentes que lo cruzaban transversalmente y se facilitaba el avistamiento de los animales; allí la pasamos toda la mañana, teniendo algo de suerte pues vimos varios sitatungas saltando en medio de los pastizales. Ya en el camino de regreso me invitaron a almorzar en carretera a un sitio típico de la región donde nos relajamos un rato mientras regresábamos a la casa para empacar y despedirme ya que volvía nuevamente al lugar del evento; me llevaron hasta el lugar y quedé muy agradecido con ellos, una experiencia bastante de familia, me hicieron sentir muy bien.


CON EL PAPA DE JIMMY EN EL HUMEDAL


SENDERO DEL PARQUE


PLATAFORMA DE OBSERVACION


EL HUMEDAL


De regreso en el evento me uní a las actividades con los otros delegados donde me alcanzó a tocar una sesión de relajación muy interesante y una discusión de las diferencias entre las diferentes culturas africanas que me hizo llegar a conclusiones y caer en cuenta porqué la gente de aquí es así, y como siempre hay razones bajo todo eso, la historia y la cultura ha sido difícil para ellos, por eso se ve reflejado en sus personalidades. El resto fue fiesta que no puede faltar dentro de Aiesec y la espera al siguiente día para seguir con mis actividades en Nairobi.


CON LOS PAPAS DE JIMMY


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